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AURO APRENDE A VOLAR

Mayo 2020

La mañana se acercaba y Auro, un pequeño picaflor, dormía plácidamente junto a su familia en un nido que quedaba en un jacarandá, un árbol grande con flores moradas. Los rayos del sol ya tocaban su casita y poco a poco empezó a llegar a sus ojos. En eso sintió que alguien lo empujaba, era su hermana Renata, que muy emocionada lo miraba. Auro abrió los ojos y muy molesto le dijo:

 

  • ¡Renata! tengo mucho sueño, no me despiertes- y se tapó con una de sus alitas para que no le siga cayendo el sol.

  • Pero Auro ¡hoy es un día muy importante! ¡Mamá nos enseñará a volar!- dijo Renata dando un salto de alegría.

 

Auro se había olvidado que ese era el día tan esperado, tanto para él como para su hermana. Además, irían a una flor a comer por primera vez. Entonces, Auro se levantó muy emocionado y ambos empezaron a dar vueltas por todo el nido.

 

Mamá aún no llegaba, había ido por el desayuno y ambos hermanos la esperaban ansiosos para comer y así empezar el día. De pronto, una suave brisa anunció la llegada de mamá. Auro y Renata, dando pequeños saltos, se acercaron a ella que llevaba en el pico dos pequeños insectos y néctar que había cogido de unas bellas flores de un jardín.

 

  • ¡Que ricoo! - dijo Renata - Ahora lo podremos hacer solos y sin ayuda de mamá- le dijo a Auro mientras terminaba de tomar el néctar.

  • No sería más fácil que mamá vaya por la comida- dijo Auro un poco asustado, mientras miraba por el borde del nido lo alto que estaban.

  • ¡No seas miedoso! será increíble. Mamá ya estamos listos para nuestra primera aventura - dijo Renata.  Ella, muy segura y atenta, se quedó de pie y empujó a Auro que de muy mala gana se paró.

 

Mamá, con mucho cariño se acercó a la altura de sus dos hijos y abriendo las alas les dio un abrazo de buenos ánimos y mucho amor.

 

  • Si se puede chicos, no pongas esa cara de asustado Auro, volar es ir con el viento, es estar rodeado de muchas flores hermosas. Debes tener dos cosas en mente: querer hacerlo y la seguridad de que lo lograrás.- dijo su mamá  llevándolos hacia la puerta del nido, animándolos a acercarse al borde.

 

Renata miró con asombro todo el paisaje. Abrió sus alas y las empezó a batir. Poco a poco se dio cuenta que iba cada vez más y más rápido. Cerró sus ojos con fuerza y fue hacia adelante. En eso sintió el viento que movía sus plumitas de la cara. Al abrir sus ojos, se dio con la sorpresa que ya estaba volando. Su mamá estaba muy orgullosa. ¡Qué sensación de libertad!


 

Era el turno de Auro. El asustado picaflor miraba de un lado a otro y con mucho miedo se paró al borde. Su hermana, desde la distancia, lo alentaba a que abriera sus alas y las batiera. Pero él tenía tanto miedo que no quería abrirlas.

 

-¡Vamos Auro tu puedes! No sabes lo divertido que es- le dijo su hermana mientras jugaba con las mariposas de colores que habían alrededor.

-Tengo miedo ¡No quiero!- dijo Auro, mientras se sostenía fuertemente contra el nido.

 

Auro apretó los ojos y recordó lo que había dicho su mamá -“Debes tener dos cosas en mente: querer hacerlo y la seguridad de que lo lograrás”-. Luego, retrocedió un poquito para agarrar viada, respiró profundo y con su corazón latiendo velozmente en su pecho, se lanzó al vacío.

 

Mientras caía, abrió los alas y poco a poco las empezó a batir, cada vez más rápido  y con más seguridad. Pronto, y sin darse cuenta, su vuelo se hizo suave y placentero. Auro se emocionó y subió lo más rápido que pudo para estar junto a su mamá y su hermana que lo esperaban muy contentas.

 

-¡Lo logré mamá, lo logré!- dijo Auro con un trino.

-Si Auro, lo has hecho excelente y lo mejor es que has superado tus miedos- le dijo su mamá y le dio un beso.

 

Es así que la familia picaflor fue en búsqueda del néctar para festejar el gran logro de Auro. Muy contentos ambos hermanos escogieron la flor que más les gustaba y con su lengua muy larga tomaron todo el néctar, era dulce y delicioso.

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